Hace un año, a estas horas, esperaba en un hospital. Había escrito a mis compañeras para decirles que me iba a urgencias y que me llevaba el portátil pensando que me conectaría en unas horas, pero no ocurrió en 5 días. Miré Slack en el móvil, a ratos, sobre todo actualizando info por mi parte, pero poco más. Por suerte, entonces tenía equipo, no como cuando falleció mi abuela que mi único equipo era yo y se me vino el mundo encima (es uno de esos recuerdos infames de mi paso por la agencia). Por suerte, entonces tenía a Ana.
Unas horas antes, el teléfono había sonado “me voy al hospital”. Y supe que era grave. Mi cabeza funciona muy bien en estas circunstancias (ojalá siempre, también te digo) y organicé echando leches. Me pegué una ducha, preparé la mochila, cogí el cargador, fui al hospital. Llamé a la familia, busqué alguien que recogiera a mi hijo del colegio y que me comprara lo que necesitábamos en el hospital (gracias, mamá <3) y me preparé para vivir unos días inesperados. Por suerte, fueron pocos. Por suerte, todo salió bien.
Hace un año yo tenía planes para los meses venideros, pero la vida decidió que iban a ser otros y me tuve que amoldar. Volví a depender más de lo habitual, porque yo entonces no tenía carnet, y cosas como hacer la compra se me complicaron, sigo sin tener red en Móstoles. Podría haberme sentido sola, pero recordé que tengo tribu al otro lado del teléfono. Las que están siempre (mis fassbender, el bteam, Marta, Érica, mi hermana) las que están cuando se las necesita (mis blogueras añejas) y así superé la peor semana, con migraña incluida. Hasta visité urgencias dos veces en el mismo día y llegué a un concierto de Love of Lesbian derrapando.
Cuando abandoné el hospital para el traslado a otro, me encontré con este arcoíris. Y concluí que a mí no me queda más que seguir creyendo en la magia aun cuando la vida se me pone en contra. Un año después, confirmo creencias. Y mira que han sido puñeteros estos 366 días.
Estoy aquí si quieres algo
Ahí seguiremos, chiqui 🥰